Así, los medios que se sintieron ofendidos, en vez de explicarse con el presidente y con su público sobre un tema candente como lo es el de las llamadas fake news, prefirieron levantar una cortina de humo y montar un escándalo.
El tono general de la carta es amenazante. Pero lo más increíble es que en ella no hay ni una sóla palabra o mención del problema de noticias falsas, ningún intento de rectificar. Suena como un "señor presidente seguiremos con las mentiras que consideremos oportunas haga lo que haga".
Hay también otro detalle importante. ¿Dónde estaban estos señores tan solidarios, cuando el entonces portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, rechazó en noviembre una pregunta de una periodista de la cadena rusa RT diciendo que nunca la trataría como una periodista normal, o bien un medio normal?
Esta misma gente que ahora protesta a gritos cuando les dicen que están mintiendo, se calló cuando Kirby hizo precisamente lo que ahora prometen impedir a la nueva administración.