"Los principales países del mundo occidental libran últimamente una abierta guerra psicológica e informativa contra Rusia, intentando influir sobre la conciencia y la memoria histórica de su población, en particular mediante la falsificación de la historia rusa", dijo al intervenir en una conferencia de historia militar organizada en el Museo Central de la Gran Guerra Patria (nombre usado en Rusia para la II Guerra Mundial).
La política de descrédito a Rusia como sucesora legal de la Unión Soviética se aplica con el fin de restarle importancia en el sistema de relaciones internacionales y formar dentro del país una opinión pública que rechace los más importantes valores nacionales, señaló.
También adujo como ejemplo la resolución de abril de 2010 mediante la cual el Parlamento Europeo puso el signo de igualdad entre el nazismo y el comunismo e instó a Rusia a "entablar diálogo con los países democráticos" del Europa del Este sobre problemas de la Historia.
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Con tal actividad se pretende justificar la política de contención de Rusia y reclamarle como sucesora legal de la URSS compensaciones por "daño" moral e incluso material, agregó el general.