La llegada de Uber a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue una alegría para los usuarios y a su vez un dolor de cabeza para el gobierno, que vio peligrar el negocio de las licencias de taxi —cotizadas a $150.000 la reventa en MercadoLibre— y en adición tuvo que salir a calmar una multitud de taxistas belicosos que se sintieron justificadamente estafados.
1. Los usuarios quieren pedir transporte usando el Smartphone.
2. Copiamos Uber en un par de meses.
3. Listo el pollo.
El pollo se llama BA Taxi: una app que ya está disponible para descarga por parte de los choferes pero no aún para el uso de pasajeros.
En este punto la pregunta es ¿qué copiaron exactamente? ¿Una app para solicitar viajes? ¿Es Uber apenas una app para solicitar viajes?
Las tres pantallas secretas de Uber
En julio pasado me encontraba en Nueva York para una conferencia de tecnología y decidí, como muchas otras veces, usar Uber para trasladarme. Conociendo los detalles de la conferencia, Uber entendió que yo estaba involucrado en la industria del software y durante un viaje, la app desplegó tres pantallas secretas con desafíos a resolver en sesenta segundos. Responder bien me aseguraba una entrevista de trabajo.
La primera pantalla era sobre estructuras de datos para optimizar el tiempo de arribo de choferes y sus posibles reemplazos. La segunda era sobre algoritmos para calcular rutas de búsqueda para múltiples clientes, la tercera pantalla era sobre el ordenamiento de tarifas. Resolver esos problemas requería conocimientos avanzados de sistemas, programación y matemáticas.
Estas tres pantallas secretas dejan en evidencia parte de lo que hay en la trastienda de Uber y esa trastienda es lo que el ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología de la Ciudad ni sospecha que existe y por lo tanto su BA Taxi nunca va a poder copiar.
¿En qué aspectos de la experiencia del usuario se refleja esta trastienda?
Otro aspecto importantísimo de Uber que BA Taxi no contempla es Uber Pool: la posibilidad de compartir el vehículo con otros pasajeros. Esto que parece sencillo para los que no conocen programación, es extremadamente complejo cuando está bien implementado. Tiene que funcionar en tiempo real —muchas veces los viajes se proponen y asignan durante los recorridos— es necesario tarifar y determinar los autos más cercanos a la recogida, al destino, consideraciones de tráfico, ranking de los conductores y mucho más. Desde el punto de vista de la Ciudad: menos autos ociosos y menos conductores potencialmente ebrios en las noches. Desde el punto de vista de los usuarios: pagar una cuarta parte por el mismo traslado, muchas veces menos que el estacionamiento o la nafta.
¿Van a estar conformes los usuarios con BA Taxi?
En lugar de una torpe App gubernamental para pedir taxis y pagar por MercadoPago, lo que los usuarios quieren es que las mejores mentes de su generación les ofrezcan las soluciones de movilidad que se merecen, soluciones económicas e inteligentes que los gobiernos ni siquiera consiguen comprender.
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