Al referirse a Moscú, en particular, Trump advirtió al canal televisivo BBC News que quiere "establecer buenas relaciones" con Rusia y su presidente, Vladímir Putin, y reconoció que los lazos entre ambos países se encuentran muy deteriorados.
"México pagará por el muro", afirmó Trump tras un encuentro con el actual líder mexicano, Enrique Peña Nieto, y calculó el costo de la obra en unos 8.000 millones de dólares.
Otro de los planes del magnate que llamó la atención de la opinión pública mundial consiste en revisar las relaciones entre EEUU y la OTAN, con la propuesta de lograr una mayor participación financiera de los aliados en el bloque militar.
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"Nosotros los defendemos y ellos nos roban. ¿Y saben qué hacemos con eso? Nada", advirtió durante su campaña electoral.
El presidente electo de EEUU criticó además el acuerdo sobre el cambio climático, firmado en París, el acuerdo nuclear con Irán y el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) entre EEUU y la UE, que catalogó de "acuerdo monstruoso" del que se beneficiaría solo China, país que, en su opinión, persigue el dominio mundial.
Podría pensarse que la política externa del nuevo mandatario estadounidense será totalmente opuesta a la de Obama, pero esa opinión la refuta el director del Instituto de EEUU y Canadá de la Academia de Ciencias de Rusia, Valeri Garbúzov, quien asegura que Trump deberá seguir, al menos durante cierto tiempo, el rumbo político de la administración anterior.
"Se trata de una carretera de dos vías, no solo de una vía única de tránsito, la estadounidense, por eso no creo que en breve tengan lugar cambios radicales", aseguró el experto.
Siria y la lucha contra el terrorismo
El futuro morador de la Casa Blanca, al referirse a Siria en su campaña electoral, puso en primer lugar la lucha contra Daesh, y solo en segundo lugar la posible retirada del escenario político del presidente de ese país, Bashar Asad.
"Asad es un tipo malo, ahora ella (la candidata republicana Hillary Clinton) dirá que yo estoy apoyando a Asad, pero no", afirmó Trump durante los debates, agregando que EEUU "apoya a la oposición sin saber para nada quiénes son esas personas, (…) que podrían ser peores que Asad".
El futuro líder estadounidense considera que el derrocamiento de Asad, que actualmente cuenta con una posición más fuerte que hace tres años, puede provocar una catástrofe aún mayor en Siria.
Para la directora del Instituto de Investigaciones Estratégicas de Rusia, Elena Supónina, será más fácil ponerse de acuerdo con Trump respecto a Siria que con Obama, aunque se requiera de un margen de tiempo para que la nueva administración comience a actuar, y podrían surgir nuevos obstáculos.
Oriente próximo, una prioridad
El hecho de que la situación en Oriente Próximo estará en la mirilla del nuevo mandatario estadounidense lo demuestra, en particular, la elección de su yerno, Jared Kushner, en calidad de consejero principal.
La nueva administración estadounidense, además de combatir contra Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia), por lo visto, también regirá como árbitro en el conflicto entre Palestina e Israel.
Anteriormente, en diciembre de 2016, apadrinados por el Gobierno de Obama, los representantes de EEUU en la ONU se negaron a vetar una resolución que condenaba la construcción de nuevos poblados israelíes en la zona de Cisjordania, actitud que provocó la crítica de Tel Aviv y del propio Trump.
El propio Trump, preguntado al respecto durante una entrevista con los diarios The Times y Der Bild, se se limitó a decir "ya veremos".
Acercamiento a la crisis en Ucrania
Para nadie resulta un secreto el hecho de que las actuales autoridades de Ucrania apoyaron durante la campaña electoral en EEUU a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, y la llegada de Trump a la Casa Blanca resultó para Kiev una sorpresa poco agradable.
Al referirse en una de sus intervenciones anteriores a los intentos de Washington de separar por la fuerza a Crimea de Moscú y devolver la península a Kiev, el presidente electo aseguró que eso podría provocar la III Guerra Mundial, y prometió que estudiaría la posibilidad de reconocer ese territorio como parte de Rusia.
"Hasta donde tengo noticia, el pueblo de Crimea prefiere estar en Rusia y no donde estaba anteriormente, en Ucrania, eso hay que analizarlo", dijo Trump durante su campaña.
En opinión del director del Centro Analítico Ucraniano, Alexandr Ojimenko, el apoyo abierto a Clinton fue una metedura de pata de Kiev, que repercutirá en la cooperación económica entre ambos países.
Hay razones más que suficientes para esperar que Trump guíe su país por un rumbo muy diferente al tomado por la administración de Obama, y no solo en Oriente Próximo.
Según Andrei Bezrúkov, profesor del Instituto de Relaciones Exteriores de Rusia, el multimillonario, al cuestionar el papel que juega EEUU a nivel mundial, ya cumplió el objetivo que perseguía en la política externa de su país.
"Sean cuales sean los resultados de la presidencia de Trump, están abiertas las puertas para el diálogo nacional sobre qué representa EEUU, cómo debe competir con sus opositores principales en el mundo, qué deben hacer sus élites para crear esa oposición a la que aspiran", dijo el experto al intervenir en el foro de debates Valdái.