El animal vive en la capital rusa desde hace 6 años y es la mascota de una familia: sus propietarios han obtenido todos los certificados y documentos necesarios para poder tenerla en casa.
En invierno, a la lince le gusta caminar por el balcón, algo que provoca algunos sustos entre los transeúntes. Sus vecinos, sin embargo, ya están acostumbrados a Lincia y a menudo se toman fotos con ella.
Para hacer sus necesidades, el felino usa una caja de arena, como cualquier gato, solo que un poco más grande —de hecho, se trata de una bañera infantil-. Para comer, Lincia prefiere el pollo y come alrededor de 1,5 kilos de esta carne al día.
"Tengo esta lince en casa desde hace mucho tiempo, seis años y medio. Es absolutamente casera. Incluso se parece a mi perro: menea la cola y gruñe. Me gusta que haya mantenido su instinto, sigue cazando. Su apodo es sencillo: Lincia", dijo el dueño del exótico animal, Alexánder.