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Anteriormente Pekín pidió a Washington que no permitiera que Tsai entrara en EEUU y que no tuviera reuniones oficiales con ella, bajo la política de "una sola China".
"Cumplir con el principio [de "una sola China"] no es una petición caprichosa de China, sino una obligación de los presidentes de EEUU para mantener las relaciones entre los dos países y respetar el orden existente en la región Asia-Pacífico", indicó el rotativo, difundido por el Partido Comunista de China.
Fue entonces que las autoridades del gigante asiático empezaron a cuestionar por primera vez el compromiso de Washington con la postura de Pekín que consiste en que Taiwán es parte de China y no un país soberano.
"Si Trump reniega de la política de 'una sola China' después de asumir el cargo, el pueblo chino exigirá que el Gobierno tome revancha. No hay espacio para la negociación", escribió Global Times.
Cruz dijo que algunos miembros del Congreso habían recibido una carta en la cual el consulado de China pidió que no se reunieran con Tsai durante su escala en EEUU.
"La República de China tiene que entender que en EEUU tomamos las decisiones sobre reuniones con visitantes nosotros mismos […] Se trata de las relaciones de EEUU con Taiwán, un aliado al cual estamos obligados a defender", admitió Cruz en un comunicado.
Cruz y Tsai hablaron sobre la mejoría de las relaciones bilaterales y las posibilidades de promover la cooperación económica entre los países, incluido un mayor acceso a los mercados taiwaneses, lo que beneficiará a los rancheros de Texas y a pequeñas empresas.
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Según el presidente del Instituto Americano en Taiwán, James Moriarty, EEUU "prosigue con los esfuerzos para persuadir a China a reanudar el diálogo con Taiwán".
Desde 1972 EEUU ha basado sus relaciones con Pekín en el principio de "una sola China".
