Entretanto, la ONU reconoce que tiene dudas respecto a la veracidad absoluta de la información que ha estado recibiendo de parte de Occidente sobre la situación humanitaria en la ciudad siria de Alepo.
El periodista y analista internacional chileno, Pablo Jofre Leal opina que “los DDHH son un concepto bastante amplio. No tienen que ver sólo con aspectos políticos: tienen que ver con aspectos culturales, sociales, el acceso a otra serie de derechos que suelen ser ocultados bajo un prisma mucho más occidental, donde cuando se habla de los DDHH, se refieren a los derechos políticos, es decir, la libertad de expresión o la democracia representativa”.
“En ese aspecto hay elementos que los medios de comunicación occidentales, que son los voceros de los Gobiernos de las principales potencias, han tratado de imponer con una matriz informativa en la cual están los intereses de Occidente”, señala el periodista.
Jofre Leal indica que “en el caso sirio es absolutamente claro y nítido. Con Siria se ha manipulado la información presentándola desde el inicio como una guerra civil. En Siria no hay una guerra civil. Lo que se inició en marzo de 2011 fue una agresión contra un país soberano que reúne a través de sus organizaciones políticas y de su Gobierno, a las distintas variantes étnicas, religiosas y culturales que tiene Siria”.
Sin embargo, desde el principio se comenzó a hablar de una guerra civil, desconociendo y ocultando que ahí lo que ha habido y existido es una contínua agresión de mercenarios, de grupos terroristas que han sido y son financiados, avalados y organizados por Occidente y por sus socios de Oriente Medio: Turquía, Israel, Arabia Saudí y el resto de monarquías del Golfo Pérsico para derrocar un Gobierno que no les era cercano y funcional, con objetivos que iban más allá de Siria: cercar a Irán e impedir el desarrollo de la Federación Rusa hacia Occidente”, incide el analista.
Jofre Leal señala que “se ha acusado a Bashar Asad de crímenes de guerra, de ser un dictador, de ser una persona que ejercía el poder omnipotente. En cambio, Asad realizó elecciones, las ganó y asimismo para Occidente seguía siendo un dictador”.
El periodista incide en que “hay muchos ejemplos de manipulación, de utilización de elementos que motivan emocionalmente al mundo. Estamos hablando de una serie de matrices y de invenciones que tiene Occidente a través de los servicios de inteligencia. Lo han hecho en todos los países en los que intervienen”.
“Un ejemplo es el caso de los ‘Cascos blancos’ que no son blancas palomas. Es una organización destinada a crear un efecto comunicacional y político destinados a confundir a la población internacional, a generar antipatías al Gobierno que se supone bombardea y destroza las ciudades y masacra la población. Pero cuando se descubre que tiene un financiamiento externo, que está fundado por militares británicos, se comprende que no es la defensa civil que dice ser.Estamos hablando por tanto de una organización creada al efecto de generar determinados efectos políticos comunicacionales de tal forma de generar descrédito contra el Gobierno sirio, de generar una matriz de opinión positiva hacia los opositores y generar por tanto un mismo saco en el que están los ‘Cascos blancos’, la ‘oposición moderada’, o el ‘Observatorio sirio de DDHH’. Se trata claramente de una estrategia digitada por los servicios de inteligencia occidentales a través de este tipo de creaciones”, concluye Pablo Jofre Leal.
