Un narrador —también llamado 'Dios'— conduce el juego y reparte las cartas entre los jugadores. A cada carta le corresponde un rol. Todos cierran los ojos por un momento: es "la noche". A partir de ahí, el narrador va pidiendo por turnos que vayan abriendo los ojos.
Empieza entonces la etapa del "día". Con los ojos de todos abiertos, comienza el debate: el conductor del juego avisa si ha habido un muerto o no (en caso de que el médico lo haya salvado) y todos se vuelven sospechosos de ser asesinos.
Los participantes deberán esgrimir sus argumentos para convencer a los demás de su inocencia, tanto los que saben algo (el policía o el médico) como los que no (el pueblo). Los asesinos deben desplegar estrategias para desviar la atención durante el día e ir matando en cada noche. Mentir o decir la verdad: todo vale para llegar victoriosos.
Finalmente, el conjunto de jugadores vota por eliminar a los sospechosos luego del intercambio de argumentos: el juego termina cuando se elimina al asesino o cuando éste llega al final de la partida invicto. El número de asesinos puede aumentar según la cantidad de jugadores y pueden incorporarse personajes nuevos para dar más dramatismo.
El juego se popularizó en Estados Unidos como 'Werewolves of Miller Hollow', con los mafiosos cambiados por hombres lobos, al igual que en Francia, donde se conoce al juego como 'Les loups-garous de Thiercelieux', y en España, como 'Los hombres lobo de Castronegro'. Estos juegos son comercializados con cartas especiales y no con barajas tradicionales.
Carla Giachello, una museóloga uruguaya, se junta periódicamente con sus amigos a jugar al mafia. Tiene un mazo de cartas personalizado por ella misma con cada personaje caracterizado que no falta en ninguna reunión. Para la jugadora, que sea apto para "todas las edades" y que "se pueden involucrar todos los miembros de la familia", es un atractivo especial del juego.
"¡Amo el mafia! Es el mejor juego. Es ágil, divertido, es grupal, casi no necesita infraestructura. Hay que pensar, mentir y argumentar. Te ayuda a conocer a la gente más profundamente", dijo a Sputnik Giachello.
Además, este juego es útil también en las clases de lengua extranjera. Para un grupo de estudiantes con un nivel intermedio, sirve como marco lúdico para elaborar argumentos y expresar ideas complejas en otro idioma.
Según un ensayo publicado por Chiara Cusco, de la Universidad de Salamanca, y por Juan Manuel Díaz Ayuga, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto, este juego "invita al estudiante a involucrarse de forma amena en la práctica de la argumentación", ya que "precisa de la exposición de opiniones argumentadas, así como de la contraargumentación de tesis contrarias para participar en él".