Según los datos del ente, la extradición se realizó "por motivos de seguridad nacional".
Los organismos de investigación constataron que el tunecino mantuvo contactos con los representantes de grupos extremistas a través de las redes sociales.
El comunicado del Interior indica que llegó a los Apeninos el 15 de agosto tras haber pasado una larga temporada en su país natal y "mostraba muestras claras de radicalización".
En particular, anunciaba su deseo de abandonar Italia pronto y unirse con los miembros de la organización terrorista Daesh (el autodenominado Estado islámico proscrito en Rusia y otros países).
El viernes pasado Italia extraditó a Túnez a otro ciudadano de este país de 37 años que cumplía condena en una de las prisiones locales por un delito leve, por sospechas de "radicalización religiosa".
Según los datos del Ministerio del Interior del país, desde enero de 2015 el Gobierno deportó a 132 personas del país, 66 de ellos en el año en curso, sospechosos de vinculación con terroristas.