"Sería un error especular con las futuras iniciativas que emprenderá la nueva Administración. Cada Administración toma decisiones relacionadas con el nombramiento de sus embajadores de forma independiente", declaró al medio una fuente de la misión diplomática de EEUU en Moscú.
Según sus propias palabras, el nombramiento del nuevo embajador no tiene que ver con las críticas de Trump hacia el trabajo de los diplomáticos, sino con el hecho de que el presidente electo está definiendo su nuevo equipo.
Además, el político no oculta sentirse orgulloso por haber conocido personalmente a Vladímir Putin en la década de 1990.
El otro candidato, Thomas Graham, es un experimentado especialista en Rusia, que habla ruso fluidamente y que ya trabajó en la Embajada de EEUU en Moscú.