De acuerdo con los autores del artículo, que recientemente fue publicado por la empresa especializada en servicios de inteligencia y espionaje Stratfor, el frente único formado por los países occidentales se ha agrietado durante el último año.
El referéndum del Brexit ha generado profundas discrepancias dentro de la UE, mientras que la llegada al poder de Donald Trump tras las elecciones presidenciales en EEUU amenaza con cambiar de una manera muy radical las relaciones mantenidas hasta ahora por Moscú y Washington.
Además, Rusia puede disponer de una gran oportunidad para cumplir sus metas —la principal de ellas, la retirada de las sanciones— si las fuerzas opositoras logran la victoria en los próximos comicios de Francia, Alemania, los Países Bajos e Italia.
Los Estados que tradicionalmente han mantenido buenas relaciones con Rusia —Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Tayikistán y Kirguistán— ampliarán su cooperación con Moscú, mientras que la influencia de la UE sobre estos países se verá muy reducida.
Al mismo tiempo, crecerá la importancia del papel de Rusia en Azerbaiyán y Uzbekistán al compás del desarrollo de la cooperación en la esfera de la seguridad.
Por último, a pesar de que los grupos de influencia en EEUU y la UE van a oponer resistencia al levantamiento de las sanciones antirrusas y las tropas de la OTAN no se retirarán de las fronteras rusas, Moscú logrará mejorar su posicionamiento internacional y sus relaciones con Occidente.