"Tras el cese al fuego el resto de los grupos armados deberán sumarse al proceso político e iniciar el diálogo con el Gobierno de Siria", aseveró en entrevista a RT.
"No podemos permitir que Daesh o el Frente al Nusra (grupos terroristas prohibidos en Rusia y otros países) participen en este acuerdo", destacó el titular iraní.
Además enfatizó que Teherán jamás coordinó sus acciones en Siria con Washington ni prevé hacerlo.
"Nunca coordinamos nuestras acciones con los estadounidenses, nunca cooperaremos con ellos", dijo.
También señaló que Arabia Saudí no puede participar en la solución de la crisis siria.
"Aspiran a derrocar el régimen existente, no se puede negociar con los que aspiran a esto", profundizó.
Además llamó a dar "una respuesta decisiva" a los que tienen esta intención.
Desde su punto de vista, se puede encontrar una solución de la crisis si todos los participantes aceptan "los principios sirios".
"El primer principio, conservar la integridad territorial de Siria; el segundo, el régimen político sirio no puede ser cuestionado, por el momento Bashar Asad se encuentra allí", precisó Dehgan.
El alto funcionario iraní subrayó que si los adversarios de Asad aceptan estas ideas la oposición podrá sentarse a la mesa de negociaciones con Damasco y presentar sus exigencias.
Sin embargo, el derecho a tomar esta decisión es un privilegio del pueblo sirio, subrayó el ministro.
"La actual intervención extranjera no favorecería a la solución, sino empeoraría la situación, fue una de las razones del fracaso de los consultas de Ginebra", agregó.
Al mismo tiempo destacó que no hay tropas iraníes en Alepo pero Teherán estaría dispuesto a enviar a sus asesores militares.
"Irán no tiene tropas allí (en Alepo); está el Ejército sirio que se encarga de la tarea; en caso necesario, enviaremos allí a los asesores militares para prestar asistencia consultora", dijo.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas.
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Según los datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.