"Trump heredará un legado duro de la administración que se va y evidentemente quiere dejar atrás tierra quemada en el lugar de las relaciones ruso-estadounidenses", dijo en una entrevista con el periódico Rossiyskaya Gazeta.
Explicó que se refiere entre otras cosas a la incorporación de ciudadanos rusos en las listas de sanciones y la persecución contra ellos en terceros países por parte de los servicios secretos de EEUU.
"Tampoco se ve progreso en la solución del problema de las familias estadounidenses que adoptaron a niños rusos que a menudo se quedan indefensos ante la violencia de los padres adoptivos mientras las autoridades de EEUU prefieren hacer la vista gorda a estos casos", señaló.
Concluyó que la Cancillería rusa seguirá trabajando con la administración saliente de EEUU para defender los derechos, las libertades y los intereses legítimos de los ciudadanos rusos que fueron víctimas de detenciones extraterritoriales, e insistir en su retorno a Rusia.