"El uso de los medios de prensa para negar la victoria de Trump en las elecciones presidenciales fracasó. El recuento de votos fracasó. El esfuerzo por influir en el Colegio Electoral fracasó. Pero los intentos continúan". Así empieza su nuevo artículo el ex subsecretario del Tesoro de EEUU, Paul Craig Roberts, acerca del presidente electo, pero no deseado, de EEUU.
Ahora han recurrido a los últimos medios: la CIA está preparando un informe sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses. Las pruebas falsas son un sello distintivo de las operaciones de la CIA, subraya Roberts.
Hay evidencia de la complicidad de la CIA en el asesinato del presidente John F. Kennedy. Además, Trump es percibido como una amenaza por militares y representantes de seguridad del país. Por eso su comportamiento dista mucho de ser el de un paranoico.
El economista Michel Chossudovsky, del rotativo Global Research, ha explicado que el enfoque pacífico de Trump hacia Rusia lo alinea con oligarcas cuya riqueza se amplía gracias a los negocios con Rusia. Y enfrenta al presidente a los grupos de presión militares y de seguridad que se benefician del presupuesto militar anual de un billón de dólares. Este último 'lobby' ha mantenido el control desde hace mucho tiempo y puede reunir fuerzas muy poderosas contra la Presidencia de Trump.
Roberts subraya que Donald Trump "no es un santo" pero, "teniendo en cuenta a lo que nos estamos enfrentando, peligrosas tensiones entre las potencias nucleares incluidas, un santo no es lo que la situación requiere".
A su juicio, la élite militar y de seguridad ha estado arraigada desde la formación de la OTAN en 1949, y cualquier presidente dispuesto a enfrentarse a esta superpotencia demasiado poderosa merece "el apoyo de todos".