"Se conocía que habían operado en París, pero es distinto descubrir que iban a asesinar gente", explicó Osorio, director del proyecto de documentación del Cono Sur del Archivo de Seguridad Nacional, quien tuvo acceso a los archivos.
Uno de los documentos revela que en 1976, durante el Gobierno del presidente Gerald Ford (1974-1977), el servicio de inteligencia del Departamento de Estado informó que el Plan Cóndor había decidido liquidar en Europa, principalmente en Francia, a los supuestos "terroristas" latinoamericanos que se habían refugiado en ese país.
Al año siguiente la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) elaboró un resumen sobre este operativo en el que se describe la cooperación entre las dictaduras sudamericanas, principalmente las de Argentina, Chile y Uruguay.
"Estos tres países estaban planificando operaciones en Europa para realizar asesinatos, entre ellos el del refugiado uruguayo Wilson Ferreira (Aldunate)", informó Osorio.
Líder del Partido Nacional de Uruguay y acérrimo opositor al Gobierno cívico-militar, Ferreira Aldunate tuvo que huir de su país para evitar su detención.
En mayo de 1976, mientras estaba exiliado en Buenos Aires, logró escapar con vida de un operativo en el que serían asesinados los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.
Entre otros objetivos el Plan Cóndor también apuntó contra líderes de la organización Amnistía Internacional y de otros referentes vinculados a organismos de derechos humanos.
"Esto es nuevo, no se conocía la osadía de estos aparatos secretos ni el descaro con el que pensaban operar", explicó el investigador.
Detalle de torturas
"A Bravo le pusieron la picana eléctrica por todo el cuerpo, le colocaron los pies en agua congelada y después en agua hirviendo, lo zambulleron en pozos hasta casi ahogarlo, lo golpearon salvajemente y hasta le hicieron presenciar la violación de una joven, cuyo novio fue asesinado enfrente de él cuando éste comenzó a reclamar", relató Osorio.
En otro estudio, de 1979, una subcomisión del Senado de EEUU contaba cómo apenas creada la Dirección de Inteligencia Nacional bajo la dictadura chilena del general Augusto Pinochet (1973-1990), su director Manuel Contreras viajó a EEUU para pedir asistencia.
Entramado político internacional
Durante la presidencia de Carter la CIA advirtió en uno de sus informes diarios, fechado en 1978, que los militares argentinos habían empezado a buscar respaldo en el extranjero debido a la preocupación existente en Washington sobre la violación de derechos humanos en el país sudamericano.
"Como el Departamento de Estado estaba bloqueando unas turbinas que estaban destinadas a un proyecto de la Armada argentina para una represa, los militares empezaron a buscar apoyo" en otros países, sostuvo el académico.
Ante esta situación la CIA alertó a Washington del terreno que estaba perdiendo Estados Unidos ante el gobierno dictatorial de ese país.
"Dos meses más tarde el vicepresidente estadounidense Walter Mondale negoció con Videla la entrega de las turbinas a cambio de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pudiera visitar Argentina, algo que sucedería en 1979", reveló el investigador.
Democracia incipiente
Entre la documentación desclasificada también hay archivos relacionados con el período que atravesaba Argentina en 1986, cuando ya gobernaba Raúl Alfonsín (1983-1989), primer presidente democrático luego de la dictadura.
En este escrito se hace alusión a los problemas del mandatario para reformar los seis aparatos de inteligencia del Estado: la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y los servicios de Inteligencia del Ejército, de la Marina, de la Fuerza Aérea, de la Gendarmería, la Prefectura, y la Policía Federal.
"Todas estas agencias estuvieron implicadas en la violación de derechos humanos durante la guerra sucia", constató Osorio.
En una primera entrega de su documentación a Argentina, Estados Unidos compartió en agosto 1081 fojas de archivos del Departamento de Estado, que abarcan el período 1977-1980.
La Casa Banca liberará un paquete aún mayor de archivos para finales de 2018, que incluirá documentación de la CIA, el Buró Federal de Inteligencia (FBI, por sus siglas en inglés) y la agencia de inteligencia del Departamento de Defensa.