Esta es la primera vez que se han descubierto estas partículas en ambientes urbanos, puesto que hasta ahora los científicos solo las encontraban en áreas libres del polvo 'común', como la Antártida.
Gracias a la ayuda del entusiasta noruego Jon Larsen —creador del Project Stardust, un portal dedicado a los micrometeoritos—, quien recolectó más de 300 kilogramos de polvo, los investigadores extrajeron unas 500 muestras de partículas de procedencia espacial.
"La evidente ventaja de este nuevo enfoque es que resulta mucho más fácil detectar partículas de polvo cósmico cuando están en nuestros propios patios", según comentó a los medios Matthew Genge, uno de los investigadores británicos.
Sin embargo, el polvo hallado en los techos difiere estructuralmente del antártico, lo que permite a los científicos concluir que el polvo cósmico ha cambiado durante los últimos millones de años.