Con la caída de la URSS, la ciudad vivió un importante declive, causado por la mala situación económica del país durante la década de los noventa. Sin embargo, con el paso de los años, la ciudad ha ido reviviendo y los obsoletos laboratorios de antes han dado paso a empresas tecnológicas, 'startups' rusas que, desde la quietud siberiana, están dando forma al mundo de hoy, y al de mañana.
La villa académica es ahora hogar del Parque Tecnológico de Novosibirsk, un lugar en el que cada año surgen entre 10 y 20 nuevas 'startups', en ámbitos tan diversos como la inteligencia artificial, el armamento y la cosmética.
En Akademgorodok, por ejemplo, fue desarrollado el primer dron con rotores basculantes, es decir, un híbrido entre un avión y un helicóptero no tripulado, con enormes posibilidades de maniobrabilidad, ya que puede cambiar con facilidad su dirección de vuelo.
Igualmente, la compañía OСSiAL, residente en la villa académica, podría ayudar a Apple a desarrollar un teléfono inteligente flexible, gracias a una tecnología única desarrollada en Rusia: los nanotubos carbonados de pared delgada.
Ingenieros del parque tecnológico siberiano están también desarrollando robots escaladores para la limpieza de edificios. Según sus creadores, esto permitirá evitar que sean personas las que tengan que desempeñar esta profesión tan peligrosa. Además, el invento ayudará a disminuir el tiempo necesario para la limpieza de un edificio, gracias a la posibilidad de usar varios robots a la vez, en cualquier momento del día.
Aunque Akademgorodok está renaciendo lentamente, este es un lugar con mucho futuro, y el Gobierno ruso está realizando grandes inversiones para fomentar su crecimiento.
No en vano, periodistas extranjeros han comparado a la villa académica rusa con el famoso Silicon Valley, una región de EEUU en la que están radicadas las mayores corporaciones tecnológicas del mundo y miles de pequeñas y jóvenes empresas que están dando sus primeros pasos.