El interrogatorio, que duró unas once horas, fue sobre el llamado asunto de la residencia del primer ministro.
El escándalo incluye tres casos diferentes. Sara Netanyahu es sospechosa de haber comprado comida y haber contratado a chefs privados para eventos familiares pagados por la residencia del primer ministro en Jerusalén con dinero público.
El tercer caso que afecta a Sara Netanyahu es el del electricista Avi Fahima, miembro del Likud, partido que lidera Benjamín Netanyahu y que fue muy próximo a este durante años.
La policía sospecha que Sara pidió a Fahima que llevara a cabo un trabajo en la residencia de los Netanyahu en Caesaera, en la costa de Israel, los fines de semana, aunque las tarifas de Fahima eran más altas que otras. La política de presupuestos de la residencia del primer ministro indica que hay que priorizar las tarifas más económicas.
Desde que la policía recomendó imputar a Sara Netanyahu han pasado seis meses. El caso fue traspasado a la Oficina del Fiscal del Estado el pasado abril. Pero la Fiscalía lo devolvió a la policía para que ampliara la investigación.
Sara Netanyahu reiteró que "no habrá nada porque no hay nada", en referencia a que no la imputarán porque es inocente.
Otras personas de la oficina del primer ministro fueron interrogadas sobre los asuntos que implican a Sara Netanyahu.