Se trata en total de 2.420 documentos, transmitidos al Gobierno federal por diferentes organismos estatales alemanes, incluido el Servicio Federal de inteligencia (BND, por sus siglas en alemán), la Agencia Federal de Defensa de la Constitución (BFV) y el Servicio de Seguridad en la Esfera de las Tecnologías Informativas (BSI).
Los documentos ponen en evidencia acuerdos entre la NSA y el BND, así como los detalles de la estrecha cooperación entre ambos organismos.
El exempleado de la CIA Edward Snowden filtró en junio de 2013 a los periódicos The Washington Post y The Guardian archivos clasificados sobre los programas globales de cibervigilancia de EEUU y el Reino Unido.
El estadounidense escapó a Hong Kong y luego se refugió en Moscú, donde pasó varias semanas en la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremétievo, hasta que en agosto de 2013 obtuvo asilo en Rusia por un año.
Las revelaciones de Snowden pusieron en descubierto que los servicios secretos estadounidenses vigilan a cientos de miles de alemanes, incluida la canciller germana, Angela Merkel, mientras BND les ayudaba en esa labor.
Un comité especial creado en el Gobierno Federal de Alemania por el momento no ha logrado recibir las listas de aquellas personas que contaban con una atención especial de la NSA.
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El mismo comité decidió en 2014 escuchar las declaraciones del propio Snowden al respecto, plan que hasta el día de hoy sigue siendo vigente.