El 4 de deciembre los italianos votarán sobre los cambios constitucionales propuestos por el primer ministro del país, Matteo Renzi, quién ya prometió que dimitiría en caso del voto negativo. El sufragio tiene por objetivo decidir cómo superarán los italianos la crisis bancaria, la estagnación económica y otros problemas internos del país mediante su Senado, enumera Bloomberg.
Ahora se organiza el plebiscito en la península apenina que se va pareciendo cada vez más al Brexit debido tanto a las declaraciones del primer ministro Renzi, lo que se asocia con el destino de David Cameron en Gran Bretaña, como a las posibles repercusiones para toda la UE.
Los italianos van a votar sobre los cambios constitucionales que permitirían reorganizar el Senado para que no pueda poner veto en la legislación y, en general, para reducir su margen de acción, incluyendo privarlo del derecho para presentar una moción de censura al Gobierno. El senado que ahora comprende 315 parlamentarios elegidos directamente, estaría integrado por 100 gobernantes locales y alcaldes designados.
Sin embargo, la votación tendría efectos trascendentales en cuanto a todo el espacio comunitario ya que el 'No' italiano del 4 de deciembre no solo significaría la dimisión de Renzi sino también impulsaría el auge de la oposición, incluido el euroescéptico Movimiento 5 Estrellas (M5S) cuyos objetivos a largo plazo incluyen organizar un plebiscito para abandonar la moneda común europea.