Estas se refieren a presuntos fraudes realizados en el Consejo Administrativo de Recursos Fiscales (CARF), en el que supuestamente se habrían realizado delitos de corrupción pasiva y prevaricación para beneficiar a empresas.
Nada más llegar al gobierno Temer nombró a Jucá ministro de Planeamiento, pero este se vio obligado a dimitir cuando salió a la luz una conversación privada previa al impeachment de Dilma Rousseff.
Jucá decía que era necesario echar del poder a la expresidenta para poder acabar con "la sangría" que estaba suponiendo la Lava Jato.
A raíz de estas declaraciones Jucá salió del Ministerio, pero conservó su puesto de senador y recientemente fue ascendido a la presidencia nacional del PMDB; poco después Temer le nombró jefe del grupo oficialista en el Congreso.