Le imputan 18 cargos entre los que hay varios de 'incitación' o 'provocación', que la ley militar que rige en Cisjordania puede castigar con diez años de cárcel.
Amro ha estado practicando y enseñando la resistencia no violenta y la desobediencia civil desde el 2002, en su ciudad, Hebrón.
En el centro histórico de esta localidad unos 700 colonos israelíes, atrincherados y protegidos por más de 1.500 soldados, hacen la vida imposible a los palestinos.
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Amro ha llevado a cabo una buena parte de su actividad a través de la organización Jóvenes Contra los Asentamientos y ha establecido grupos de solidaridad de palestinos e internacionales en Hebrón.
"En 2007, el Ejército israelí y los colonos me devolvieron esta casa donde intentaban establecer un asentamiento y abrimos un centro para movilizar más palestinos para la resistencia no violenta", explicó Amro a Sputnik Nóvosti hace dos días en el jardín de la casa, en Hebrón.
Amro es uno de los fundadores del proyecto de distribución de cámaras de la ONG israelí B'Tselem. Él entrenó a personas de toda Cisjordania "para que supieran cómo utilizarlas como una herramienta no violenta".
Casi todos los cargos que pesan contra Amro están relacionados con su actividad política y resistencia no violenta. Según la ley militar israelí, los palestinos no pueden protestar ni manifestarse.
A principios de este año, la ONG Amnistía Internacional señaló que Amro fue arrestado varias veces "solo por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y reunión".
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Amro recibió amenazas de muerte en varias ocasiones por parte de colonos y estuvo detenido muchas veces por el Ejército israelí.
"No creo que sea un proceso contra mi como persona sino contra la metodología e ideología que intento diseminar en mi comunidad: intentan usar la resistencia no violenta como la mejor manera de conseguir nuestros derechos", señaló Amro.
Según el activista, su caso "forma parte de los últimos ataques de Israel contra organizaciones pro derechos humanos israelíes como B'Tselem y grupos palestinos".
"Me siento muy mal, siento un peso enorme en mis espaldas, voy a pagar un precio muy alto y me van a castigar por actuar según la ley internacional", indicó Amro.
"La UE, la ONU y los países que nos recomendaron seguir estos métodos no violentos tendrían que responsabilizar a Israel por atacar a los defensores de los derechos humanos", subraya Amro.
Y alerta de que si la comunidad internacional no apoya este tipo de actuaciones, los palestinos se alejarán de la resistencia no violenta.