"Queremos que Ucrania sea un socio y vecino predecible (…) para la pronta normalización y la colaboración pragmática en todos los ámbitos", dijo Karasin a Sputnik.
De hecho, añadió, esto será posible "cuando se instaure una paz duradera en ese país".
Las relaciones bilaterales se deterioraron tras estallar en abril de 2014 en el este de Ucrania un conflicto armado entre el Gobierno ucraniano y las milicias de Lugansk y Donetsk por el cambio violento del poder ocurrido en febrero de ese mismo año.
Las hostilidades han dejado más de 9.600 muertos y más de 22.400 heridos, según datos de la ONU.
Kiev acusa a Moscú de inmiscuirse en sus asuntos internos, imputaciones que Rusia rechaza.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.