Cabral llegó a última hora de la tarde del 17 de noviembre rodeado de manifestantes que celebraban su prisión lanzando fuegos de artificio y enseguida cambió su ropa por una camiseta blanca y unos vaqueros y fue obligado a raparse la cabeza, igual que el resto de presos.
La llegada de Garotinho a la cárcel de Bangu fue más aparatosa: el ex gobernador estaba ingresado en el hospital municipal Souza Aguiar debido a una subida de tensión, ya que tiene problemas cardiacos.
El político pidió ser transferido al hospital privado donde normalmente es atendido, pero el juez que lleva el caso no solo se negó sino que mandó que fuera trasladado inmediatamente a la cárcel al tener sospechas de que en el hospital público estaba recibiendo un trato diferenciado.
Garotinho (Partido de la República) está acusado de liderar una trama de compra de votos en la localidad de Campos dos Goytacazes, donde actuaba como secretario municipal ayudando a su esposa, Rosinha Garotinho, que es la alcaldesa.
Cabral (Partido del Movimiento Democrático de Brasil) por su parte, fue detenido en el marco de la Operación Lava Jato por enriquecerse gracias a sobornos millonarios que conseguía de grandes empresas constructoras a las que otorgaba contratos públicos previamente amañados.