El 2 de noviembre, en la página web del presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, apareció una nota sobre una conversación telefónica con el mandatario de Kirguistán, Almazbek Atambáev. No obstante, la administración presidencial kirguisa desmintió la llamada, sugiriendo que el líder ucraniano fue víctima de "estafadores telefónicos".
De hecho, el bromista Vladímir Kuznetsov conversó con Poroshenko sobre temas 'normales' para no revelar el carácter falso de la llamada.
En particular, el líder ucraniano comentó que su país no intenta seguir la línea de cooperación de la Comunidad de los Estados Independientes (CEI) "por el gran papel que desempeña Rusia" en el grupo. También indicó que el mero hecho de que Rusia esté bajo sanciones "contribuye a la consolidación de la nación ucraniana", entre otros temas.
Finalmente, el falso 'presidente kirguís' ofreció a Poroshenko solucionar el problema de la fábrica de dulces Roshen, perteneciente al líder ucraniano y ubicada en la ciudad rusa de Lípetsk.
Prensa acusa a #Poroshenko de mover su empresa #Roshen a un paraíso fiscal https://t.co/f6WmSu7t5v pic.twitter.com/xZx5wvF0K8
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 3 de abril de 2016
El mandatario de Ucrania es criticado regularmente por mantener el beneficioso negocio en Rusia —que sigue en plena marcha a pesar de su retórica hostil y las promesas electorales de deshacerse de este activo—. En este sentido, el bromista ofreció realizar una venta ficticia de la fábrica a unas "personas leales" para aliviar la crítica, una oferta a la que Poroshenko se mostró receptivo durante la conversación.
El presidente de Ucrania no es la primera víctima de los bromistas telefónicos. Anteriormente, Vovan y Lexus lograron hablar con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, los funcionarios de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en ruso) y Elton John.