Una cincuentena de personas subió a la tribuna presidencial durante el plenario de la Cámara y se negaron a abandonarla, gritando frases contra la corrupción, los diputados y a favor de una intervención de los militares.
El grupo justificaba su protesta porque en su opinión los diputados están trabajando para implantar el comunismo en Brasil.
Presentaron un manifiesto que pide, entre otros puntos, acabar con los "supersalarios" de los funcionarios y con el actual sistema educativo "cargado de ideología", según recoge la prensa local.
Los periodistas que seguían la sesión en la Cámara fueron retirados de la sala principal para facilitar las negociaciones con los manifestantes.
El diputado de DEM Marcos Rogério aseguró que la Policía Legislativa de la Cámara informó a los parlamentarios de que existía la posibilidad de que algunos de los manifestantes estuvieran armados.
La invasión, que se organizó a través de las redes sociales, no cuenta de momento con daños personales, aunque sí se rompió una de las puertas de vidrio que da acceso a la Cámara.