Para el presidente Putin es muy importante solucionar los problemas directamente sin dar lecciones de moral sobre cuestiones de democracia o de derechos humanos, y sin injerencia en los asuntos de los países vecinos de Rusia, señala. The Guardian subraya que esta es la manera en que Moscú siempre ha querido desarrollar las relaciones con Washington, y hasta hace poco esta posibilidad parecía una "quimera".
La victoria de Trump significa que el escenario para Rusia se ha hecho aún más atractivo, se añade. Al mismo tiempo los escépticos están convencidos de que la elección de Trump no representa nada bueno, ya que con Clinton como presidente al menos se sabría bien qué se podría esperar de las relaciones entre EEUU y Rusia.
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"No debemos esperar los regalos y las simpatías de Trump: él es patriota, empresario y pragmatista, pero no un ideólogo. Un realista debe comprender el lenguaje del trato", declaró el senador ruso Alexéi Pushkov citado por el medio.
"[La elección de Trump] va a hundir a EEUU en un periodo de inestabilidad y disminuirá su influencia en el mundo entero. Se prevé que las relaciones de EEUU con sus aliados se hagan menos intensas y que haya menos unidad en el antagonismo contra Rusia", opina el experto en relaciones internacionales Vladímir Frolov.
Según el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, Trump y Putin tienen mucho en común en cuanto a su enfoque de la política exterior. Sin embargo, es difícil predecir todos los riesgos posibles si algo sale mal en las relaciones entre ambos líderes.
