"Tenemos la oportunidad de demostrar al mundo que somos los más potentes defensores del libre mercado y el libre comercio", señaló en su primer discurso durante el tradicional banquete ofrecido por el Lord alcalde la City de Londres.
La velada es una ocasión anual en que la jefatura del Gobierno expone las líneas generales de su programa económico a una elitista audiencia de personalidades públicas, eclesiásticas y financieras.
May remarcó que su comparecencia acontece en "un mundo transformado" por vuelcos populares como el voto favorable en Reino Unido a la salida de la Unión Europea o la elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
"El cambio está en el aire; y cuando la gente demanda cambio, la tarea de los políticos es responder", dijo en el salón del Guidhall.
En el análisis esbozado por la 'premier' no se contempla el proteccionismo comercial que defendió el candidato republicano en su campaña electoral.
May identificó el descontento popular de los "muchos que se han quedado atrás" por las "fuerzas del liberalismo y la globalización", pero defendió el "abrumado impacto positivo" de dichas fuerzas, tanto en el pasado como el futuro.
"En este momento de cambio debemos responder con un liderazgo global, decidido y sosegado para dar forma a una nueva era de globalización que funcione genuinamente para todos", sostuvo.
No adelantó la receta que asegurará "prosperidad compartida por todos" los ciudadanos de Reino Unido y resto del mundo.
El discurso de la primera ministra se produce en un momento de tensión en múltiples frentes.
Por un lado, diputados y jefes de los Gobiernos autonómicos demandan claridad sobre los principios y objetivos de Brexit, que el Ejecutivo conservador se resiste a aportar.
May también ha de entablar relaciones con la administración Trump que ha dado prioridad al eurófobo eurodiputado Nigel Farage sobre el resto de políticos británicos en las visitas al cuartel general de Nueva York.