Cuando a Hillary Clinton se le ocurrió en cierta ocasión renunciar a las limusinas y guardaespaldas y hacer un viaje en el metro de Nueva York, sus asesores olvidaron advertirle cómo funciona el subterráneo y que para subir al tren hay que pagar.
La ex primera dama se percató de ello, pero tarde, cuando chocó con la barrera que cierra la entrada a los polizontes, en una especie de pantomima que podría llevar el título de 'La batalla de Clinton por entrar al subterráneo'.
Otro mal rato la aguardaba cuando decidió asistir al programa 'El Gordo y la Flaca' y allí no tuvo más remedio que bailar al ritmo de Marc Antony.
Aunque por suerte la música era bastante lenta, la ex secretaria de Estado demostró su falta total de sentido del ritmo, algo que la diferencia del presidente saliente.
Otro candidato demócrata, Bernie Sanders, no logró responder al saludo del rapero Killer Mike; le falló la puntería y no atinó a chocar su puño con el del cantante.
Ted Cruz, sin embargo, no erró al abrazar a uno de sus partidarios, y lo hizo con tantos bríos que de paso le espetó un codazo en el rostro a su propia esposa, Heidi.
Otro representante de la comunidad hispana, Marco Rubio, de padres nacidos en Cuba, apostó por frases de doble sentido e insinuaciones muy personales al enfrentarse al principal candidato republicano, Donald Trump, con lo cual todo desembocó en una especie de diálogo de adolescentes.
Y sin duda el más sincero y elocuente fue el nuevo aspirante a la presidencia de la familia Bush.
"Por favor, apláudanme", solicitó el joven Bush ante la indiferencia del público tras su intervención.
Los debates y las parodias
En los segundos debates, cuando ambos candidatos tuvieron la posibilidad de moverse por el escenario, la ex primera dama tomó su micrófono y se desplazó con bastante soltura, forzando a su rival, que no quería quedar a la zaga, a que la siguiera.
Esa táctica sirvió para la parodia realizada por NBC, donde el conocido actor Alec Baldwin hizo el papel de Trump, quien acecha a Hillary Clinton, interpretada por Kate McKinnon, como un asesino de serie a su víctima.
La manera de ambos candidatos de hablar al mismo tiempo sirvió para imitar su debate en una interpretación a dúo de la canción romántica 'Time of my life', en un fragmento de la cual aparece la cara de Bill Clinton.
Personajes inesperados
En honor a la mosca que se posó en el rostro de Clinton se abrieron varias cuentas en Twitter y la aparición del insecto se convirtió en el momento más comentado del debate; el público quedó impresionado por el modo en que la candidata continuó hablando con la mosca en su ceja.
My first time on live television. #HilaryClintonFly pic.twitter.com/KaFOw2an0j
— Hilary Clinton Fly (@fly_hilary) 10 de octubre de 2016
Otro personaje que conquistó al público fue 'el hombre del jersey rojo', Ken Bone, que hizo una pregunta a ambos candidatos.
Su 'look' se tornó viral y de la noche a la mañana se convirtió en estrella, añadiéndole miles de seguidores en sus cuentas en las redes sociales.
Clinton incluso apareció posteriormente en un vídeo bailando con Bone y esta vez, quizás gracias a los milagros técnicos de la edición, ambos sienten y siguen el ritmo.
El propio Bone explicó su original vestimenta de un modo cotidiano y aburrido.
"Yo tenía un traje color oliva que me gustaba mucho y que pensaba ponerme para los debates, pero, cuando fui a subir a mi auto, el pantalón se rompió. ¿Por qué? Porque estoy gordo", comentó el 'hombre del jersey rojo'.
Arte, comercio y políticos
La actual campaña electoral también inspiró nuevos productos comerciales.
Así, el fundador de los helados Ben & Jerry's, Ben Cohen, decidió hacer una edición limitada en honor a Bernie Sanders, que tituló "Bernie's Yearning", (Anhelo de Bernie).
El sabor preferido del candidato, la menta, contaba con un 1% de chocolate, que hacía referencia al mismo porcentaje de la población de EEUU que acaparó todas las riquezas del país en los últimos 10 años.
Según Cohen, ese helado se debe comer "dándole un golpe con la cuchara y luego mezclándolo", de acuerdo a los anhelos del excandidato demócrata.
El pintor callejero californiano Sabo plasmó a Ted Cruz cubierto de tatuajes y fumando un cigarrillo, como a un 'macho' de verdad, mientras que el socialista Sanders aparecía con una hoz y un martillo, acompañado de una ilegible inscripción en ruso.
La ex primera dama, en interpretación de Sabo, apareció con un billete de 100 dólares y el esqueleto de un bebé, en clara alusión a su apoyo a los abortos.