Sin embargo, parece que los políticos japoneses se están precipitando, y los dos países —Rusia y Japón— tienen otras prioridades en cuanto a su diálogo en el ámbito de la seguridad, comenta el analista político Andréi Ilyashenko a Sputnik.
"No corresponde a la verdad", aclaró Shinzo Abe. Por su parte, Fumio Kishida, del Partido Liberal Democrático, que ha ocupado dos veces el cargo de ministro de Asuntos Exteriores, hizo hincapié en que el Tratado de Seguridad con Estados Unidos "se aplica y se aplicará a todos los territorios y aguas que están bajo el control administrativo de Japón".
Pero para Moscú, el tema más importante no es valorar esta situación hipotética, sino los aspectos de seguridad que actualmente atañen a sus fronteras del Lejano Oriente. La defensa antimisiles, en primer lugar.
Al Ministerio de Defensa de Rusia le preocupa que desde mediados de la década de los 2000, Japón, junto con Estados Unidos, participe en las pruebas de un misil interceptor basado en tecnologías de diseño japonés, así como en pruebas de misiles estadounidenses Standard SM-3 y del sistema de defensa antimisiles AEGIS.
Obviamente, Rusia comprende la extrema preocupación de los japoneses con respecto al programa nuclear de Corea del Norte y está a favor de su reducción. Pero al mismo tiempo, la cooperación entre Japón y Estados Unidos en el campo de la defensa antimisiles no está dirigido solo contra Pyongyang, sino también contra Rusia, según comentaron los militares del país eslavo. Japón, de hecho, podría amenazar directamente el potencial de disuasión nuclear de Rusia, considera Ilyashenko.
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Las armas rusas están diseñadas para mantener el equilibrio estratégico entre Moscú y Washington, también en las condiciones de creación de un sistema global de defensa antimisiles de Estados Unidos.
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Aunque los expertos militares japoneses afirman que la actividad antisubmarina nipona está dirigida solo contra China, resulta difícil de creer, destaca el experto. Esta situación contradeciría radicalmente las obligaciones del tratado de seguridad americano-japonés.
"Estos dos problemas de seguridad muy reales deben ser discutidos para crear una atmósfera de confianza en las relaciones ruso-japonesas. Mientras que el tema de las hipotéticas bases estadounidenses en las islas Kuriles del Sur no son más que especulaciones", concluye el analista.