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La tragedia del avión ruso en el Sinaí: un año después, seguir pero nunca olvidar

© Sputnik / Tabildi Kadyrbekov / Acceder al contenido multimediaЦветы в память о жертвах крушения Airbus A321 у посольств РФ в зарубежных странах
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El 31 de octubre de 2015, un Airbus A321 de la compañía aérea Kogalymavia que cubría la ruta Sharm el Sheikh-San Petersburgo se estrelló, de acuerdo con la última información, como resultado de la explosión de un artefacto terrorista en su interior. 224 personas, entre ellos 25 niños, perdieron la vida.

Un año después, los familiares de las víctimas se han dado cuenta que el tiempo no hace más llevadera la tragedia. Sin embargo, han aprendido, literalmente, a vivir de nuevo. Unidos por el dolor, trabajan en la creación de un santuario para recordar a sus familiares fallecidos y para recordarle al mundo que nadie tiene el derecho de acabar con la vida de otra persona.

'El pasajero más importante'

Cada una de las personas que murió ese trágico día es igual de importante, pero Rusia y el mundo se vieron conmovidos por la historia de Darina Grómova, la pasajera más joven del vuelo, quien días antes del atentado había cumplido diez meses de vida.

El 15 de octubre de 2015, la pequeña Darina se embarcó en su primer viaje en avión. Ese día, en el aeropuerto Púlkovo en San Petersburgo, su madre le tomó una fotografía, llamando a la pequeña 'la pasajera más importante', sin saber que la fotografía de su hija le daría la vuelta al mundo. El 31 de octubre la fotografía se convirtió en el símbolo de todos aquellos que perdieron la vida en la absurda tragedia sobre el Sinaí.

El apoyo de toda Rusia

"Querida Amalia: hace 28 años usted le regaló al mundo un bebé hermoso. Cada madre sueña con tener un hijo así y cada mujer sueña con un hombre así, honorable y amoroso, a su lado. Hace un año, cuando publicaron las fotografías de todas las víctimas, se me quedó grabado el rostro de Armen: atrae la mirada con su sonrisa bondadosa y genuina; es el rostro de un joven decente y lleno de sueños. Yo no lo conocía, pero me da mucha pena por él. Esos niños debían haber vivido y regalarle al mundo hijos hermosos. Pero lastimosamente otro mundo, un mundo oscuro y malvado, les quitó la vida. Espero que tenga fuerza y salud. Gracias a usted por ese hijo. Lo siento mucho…".

Armen Vishniov tenía 27 años recién cumplidos cuando decidió viajar a descansar por unos días a Egipto. En uno de los últimos mensajes enviados a su madre, Amalia Vishniova, el joven le pidió que no se aburriera y prometió traerle un imán o, en broma, un camello.    

Cartas como estas son enviadas cada día desde toda Rusia a los familiares de las víctimas del vuelo 9628. La tragedia, la más grande en la historia de la aviación rusa y soviética, unió a todas las personas del país, quienes no han parado de expresar su apoyo a las víctimas.

Inmortalizar y no olvidar

"No me imaginaba que después de la muerte de mi hija podría vivir y hacer algo. Pero, por otro lado, aún no me lo creo. Para nosotros ella voló y por ahora no ha regresado. A toda hora me parece que ella va a entrar en mi despacho, como siempre cuando me quedaba un poco más en el trabajo, y me dirá: '¡Madrecita, ¿qué haces acá, cuando deberías estar hace ya rato en casa?!' Ella se preocupaba mucho por mí, por su padre, por los demás en casa y en el trabajo", cuenta Irina Evguénievna, quien perdió a su hija, Elvira Voskresénskaya, en la tragedia.

Ella, junto a los familiares de muchas de las víctimas, trabaja en el Fondo Caritativo 'Vuelo 9628', un lugar de ayuda para todos los que perdieron a sus seres queridos en el atentado terrorista que les quitó la vida.

Todos ellos, muchos de los cuales no han podido enterrar a sus familiares porque sus restos no han sido encontrados, se apoyan entre sí, se reúnen frecuentemente para enfrentarse al vacío que han dejado sus seres queridos y, actualmente, trabajan para construir un santuario e inmortalizar sus nombres, su perdida y el significado de la misma.

El futuro

Por ahora, los familiares de las víctimas intentan empezar a vivir de nuevo. Con el apoyo del Gobierno, las familias han logrado salir adelante: los pequeños que se quedaron sin sus padres han podido seguir en sus jardines y colegios; los padres que perdieron a sus hijos han recibido ayuda psicológica, al igual que los hombres y mujeres que perdieron a sus esposos, esposas, hermanos, amigos, etc.

Hoy, el 31 de octubre, los minutos de silencio y las misas por los fallecidos se conmemoran por toda Rusia, desde Kaliningrado hasta Vladivostok, y el país eslavo continúa viviendo, sin olvidar a quienes perdieron su vida hace un año.

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