"Es muy representativo el hecho de que la OTAN se negara a celebrar la reunión de expertos a nivel militar en Moscú, que propusimos, para abordar de manera despolitizada, todos los aspectos de una actividad aérea militar segura en esta región", dijo a la cadena Rossiya 24.
En julio pasado el presidente ruso, Vladímir Putin, avaló la propuesta que hizo su par finlandés, Sauli Niinisto, de prohibir los vuelos de aviones con los transpondedores apagados sobre el Báltico.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 26 de octubre de 2016
Además el embajador se mostró sorprendido por el hecho de que la OTAN prefiera la guerra informativa a un diálogo con Moscú, en particular sobre la situación en Siria.
"Me impactó el nivel de la histeria, sobre todo, en los medios de comunicación por el traspaso del portaviones Almirante Kuznetsov y los barcos auxiliares del canal de La Mancha, parece que la OTAN no tiene otras cosas en que pensar que la dimensión de la solidaridad de la Alianza en caso de que algún que otro país hubiera permitido el repostaje", dijo Grushkó.
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Añadió que "todo muestra que la guerra informativa llegó a su cota máxima".
Grushkó subrayó que "las personas razonables deben entender que la participación de Rusia en la operación en Siria es un factor clave para todo el proceso del arreglo pacífico".
La escuadra conformada por el portaviones Almirante Kuznetsov, el crucero Petr Veliky, los destructores antisubmarinos Severomorsk y Kulakov y otros barcos auxiliares zarpó el 15 de octubre desde el norte de Rusia rumbo al Mediterráneo.
El secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, expresó el miércoles sus temores de que Moscú utilice su grupo naval para apoyar los ataques aéreos contra los terroristas en Alepo.
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Siria vive desde 2011 un conflicto en el que el Ejército gubernamental se enfrenta a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas, entre ellas Daesh (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra (actualmente, Frente Fatah al Sham), ambas proscritas en Rusia y otros países.
La cifra difiere de un informe elaborado por el Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia basado en datos de la oficina siria de estadísticas.
Según la entidad rusa, en la guerra murieron 105.000 personas, entre ellas 36.000 civiles, la mayoría a manos de los terroristas y de la denominada oposición "moderada".