Los objetivos de los espías chinos fueron también el FBI (Buró Federal de Investigaciones y el Comando del Pacífico de EEUU (Uspacom), así como varias estructuras comerciales, informa Washington Free Beacon citando el borrador del informe del comité del Congreso sobre el tema.
La información comprometida incluía planes secretos de guerra, datos sobre armas nucleares y detalles del despliegue, así como la información clasificada sobre el dron MQ-9 Reaper. Además, los chinos consiguieron un informe secreto titulado "La Estrategia del Departamento de Defensa sobre China".
"Esta información podría perjudicar la superioridad militar de EEUU facilitando la modernización militar china y aportando al gigante asiático una visión sobre el funcionamiento de las plataformas estadounidenses y los enfoques operacionales de las fuerzas de EEUU ante las emergencias en la región", constata el informe.
"Entre los datos filtrados se encontraban 5.6 millones de huellas dactilares, algunas de los cuales podrían utilizarse para identificar a los agentes federales encubiertos o para crear duplicados de datos biométricos, con el objetivo de obtener acceso a las áreas clasificadas", según el informe.
El documento completo verá la luz el 16 de noviembre, afirma el medio.