Javier Taks, antropólogo, docente e investigador de la Universidad de la República en Uruguay dijo a Sputnik que detrás de este fenómeno hay un cambio en la organización del trabajo en el medio rural. Señaló como principales causas el papel determinante del capital financiero y la organización de un sistema empresarial en la producción agropecuaria, así como la terciarización de los servicios y la fragmentación de los procesos de producción.
"Estamos viviendo cambios muy importantes. Los técnicos son la manifestación más explícita. Las biotecnologías, los transgénicos, el nuevo paquete fitosanitario [actividad relacionada con la prevención y curación de las enfermedades en plantas], todos ellos necesitan grandes extensiones de tierra y poca mano de obra. También en la ganadería, con la aparición de los feedlots [corrales de engorde de ganado] y otros modelos que ya no son de ganadería extensiva", dijo Taks.
Según el Banco Mundial (BM), la población rural mundial creció desde la década del 60. Pasó de 2.009 millones de personas a 3.379 millones en 2015. Sin embargo, en términos porcentuales se redujo considerablemente. Mientas hacia 1960 la población rural mundial representaba el 66% total, en 2015 ese porcentaje pasó a un 46%.
"Todas estas cosas hacen que el campesino, un sujeto con conocimiento global del proceso de agricultura y producción de animales de granja, vaya perdiendo terreno frente al capitalismo agrario que no precisa mano de obra asentada en el medio rural. Una actividad así, mucho menos orientada al lucro y la explotación, naturalmente va perdiendo terreno frente a la empresa capitalista", consideró Taks.
Según GRAIN, una organización internacional que trabaja apoyando a comunidades campesinas, el proceso de mecanización, junto a la especialización y adaptación de la agricultura a los monocultivos, en los últimos años se ha intensificado un proceso de "desmonte de la cultura" y de la "identidad de las familias campesinas".
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Pero la desaparición no es el único problema que enfrenta el sector. Según la OIT, en América Latina la pobreza entre la población rural bajó solo un 13% durante el período 2002-2011, pese a que durante estos años hubo un aumento de las agroexportaciones, un auge agrícola y un sostenido crecimiento económico en la región. Un informe conjunto del organismo con la CEPAL y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), concluyó que esta pobreza se asocia con la existencia de pequeños productores agrícolas de baja productividad y la mala distribución de tierras.