Silvonei de Jesus Souza pidió 300.000 reales (96.200 dólares) a la primera dama brasileña a cambio de no filtrar las fotos íntimas y los audios que contenía su móvil.
El sospechoso, que está detenido desde mayo, cumplirá condena en la cárcel de Tremembé, en el interior de São Paulo, decisión que indignó a su abogado.
En su opinión Souza no es un preso peligroso y debería poder cumplir su pena en régimen abierto o semiabierto, según sus declaraciones recogidas en la prensa local.