El 24 de octubre de 1950, el ministro de Defensa soviético, el mariscal Alexandr Vasilevski, firmó el documento fundacional de 46 compañías especiales adjuntas a los ejércitos mecanizados y combinados, así como a algunos distritos militares.
Una de las principales características de las Fuerzas Especiales es que están conformadas por un pequeño número de integrantes, los cuales deben tener una perfecta preparación, iniciativa, velocidad, coherencia y habilidades sorpresivas. Además, deben saber aprovechar las horas del día, las condiciones meteorológicas, y las propiedades protectoras del terreno así como las capacidades de choque y maniobra de las armas. Con los años, han evolucionado la base tecnológica, la estructura y el número de miembros, no obstante, el concepto de las tropas de las Fuerzas Especiales sigue intacto.
Durante los últimos 66 años de servicio, las Fuerzas Especiales de Rusia fueron involucradas en operaciones de combate en Angola, Mozambique, Etiopía, Nicaragua, Cuba, Vietnam, Afganistán y otros países de Asia, África y América Latina. Tuvieron que actuar también en Europa.
1968: año caliente
Las primeras operaciones significativas de las Fuerzas Especiales de la URSS en el extranjero tuvieron lugar en el año 1968.
En mayo, un grupo de fuerzas especiales soviéticas de menos de 10 personas atacó una instalación secreta de EEUU en Camboya, a 30 km de la frontera con Vietnam.
Los estadounidenses usaban la base de Camboya para enviar grupos de reconocimiento a Vietnam y buscar pilotos derribados. El objetivo principal de las Fuerzas Especiales eran las máquinas que disponían de un sistema de guía de misiles único. Tras un choque de combate de 25 minutos en la base estadounidense, un helicóptero Cobra fue secuestrado y llevado a Vietnam, el resto fue destruido.
En agosto de 1968, se llevó a cabo una exitosa operación de las Fuerzas Especiales soviéticas en Europa. En el contexto del desarrollo de la Primavera de Praga en Checoslovaquia, los líderes socialistas de los países miembros del Pacto de Varsovia decidieron enviar tropas para estabilizar la situación.
Un avión con un grupo de las Fuerzas Especiales aterrizó en el aeropuerto de Praga, que fue tomado en 9 minutos. A continuación, el mando soviético envió al aeropuerto una división de las Fuerzas Aerotransportadas.
Al mismo tiempo, los grupos de las Fuerzas Especiales, que habían llegado antes al país, tomaron el control de las oficinas de los periódicos, estaciones de trenes y el telégrafo. Al tomar los edificios gubernamentales, los soldados de las Fuerzas Especiales llevaron al Gobierno de Praga a Moscú. De esa manera, se pospuso un cuarto de siglo la división revolucionaria del país en la República Checa y Eslovaquia.
Frente afgano
En 1979, en Afganistán tomó el poder Jafizulá Amín, quien había recibido formación en EEUU, y durante mucho tiempo se sospechó de tener vínculos con la CIA. En la Unión Soviética creían que los estadounidenses estaban planeando desplegar en Afganistán sus misiles de crucero con ojivas nucleares. Estos factores, así como los disturbios en el Ejército gubernamental y los ataques armados de la oposición islámica anticiparon la introducción de las tropas soviéticas en Afganistán.
El 27 de diciembre, las Fuerzas Especiales, en 43 minutos, tomaron el palacio presidencial fortificado de Tajbeg. Ese fue el comienzo de la guerra de diez años en Afganistán.
La expansión del espacio operacional
Hace poco tiempo, se creó una nueva estructura del Ministerio de Defensa, diseñada para realizar misiones de combate en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo.
Las unidades de propósito especial también se establecieron como parte del Servicio Federal de Seguridad, Ministerio del Interior, Ministerio de Situaciones de Emergencia, Ministerio de Justicia y otras autoridades federales. En función de la institución, estas formaciones cumplen misiones antisabotaje o sabotaje, realizan tareas de inteligencia o contrainteligencia, luchan contra el terrorismo, protegen los lugares de especial importancia y organizan operaciones de rescate.
