La decisión de Samsung de detener la producción y venta de su teléfono insignia tuvo una amplia resonancia en el mercado. Y mientras el público discute uno que otro caso de explosión de los smarphones coreanos, sus competidores más cercanos —Apple de EEUU y Huawei de China— intentan ocupar el puesto vacante tanto en el mundo, como en el mayor de los mercados: el chino.
La historia con los Note 7 muestra que para competir en el mercado de teléfonos inteligentes, es necesario ofrecer al cliente no sólo un excelente rendimiento, sino también la seguridad de sus productos, contó a Sputnik Zhang Fei, director adjunto del Instituto para la Inversión Extranjera del Ministerio de Comercio de China.
"Los problemas de calidad y seguridad de los teléfonos coreanos Samsung han dado lugar a una grave crisis y han sido una clara señal para sus competidores. Una vez que el Galaxy Note 7 desapareció del mercado, otras compañías como Apple, Huawei, así como ORRO y Xiaomi entre otros aprovechan la situación".
Desde hace mucho Huawei se ha propuesto sobrepasar a sus competidores en el mercado mundial de smartphones, indica Global Times. Y según los expertos, la empresa china cuenta ahora con una buena oportunidad para hacerlo.
Una de las ventajas de la empresa china tiene que ver con la incapacidad de Apple de adaptarse rápidamente al cambio de tendencia y ofrecer al consumidor las últimas novedades. Es ahí donde Huawei venció a su rival estadounidense: la compañía se prepara para anunciar a principios de noviembre su próximo teléfono insignia Mate 9. Se espera que estos aparatos sean la alternativa para los usuarios que se hayan decepcionado en la marca Samsung, pero sigan optando por el SO Android.
Además, Huawei se ha dedicado a reclutar personal cualificado de la industria de los móviles. La compañía ha contratado a expertos que han ocupado altos cargos tanto en Samsung, como en Apple.
Los frutos no se han hecho esperar. La compañía ya ha vendido más de 100 millones de smartphones fuera de China en lo que va de año. Sin embargo, como indica el periódico, la empresa china aún tiene mucho por hacer para convertirse en un jugador clave en el mercado de teléfonos inteligentes. Por ejemplo, Huawei todavía depende de los proveedores externos de componentes básicos, como las pantallas OLED.
Además, aún no se puede descartar la posibilidad de que el gigante coreano Samsung sea capaz de recuperarse de la crisis y recobrar su imagen con novedosos productos de alta calidad.
