El documento fue remitido al legislativo por el presidente del país, Vladímir Putin, el pasado 3 de octubre.
El convenio obligaba a Washington y Moscú a destruir 34 toneladas de plutonio de uso militar mediante la 'incineración' en los reactores nucleares a partir de 2018.
Rusia condicionó la reanudación del acuerdo a la reducción de la maquinaria bélica y del número de tropas estadounidenses en los territorios de los países miembros de la OTAN que se adhirieron al bloque militar después del 1 de septiembre de 2000.
Además exige a Washington renunciar a su política hostil hacia Rusia y levantar todas sus sanciones unilaterales contra el país.
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Asimismo Rusia reclama a EEUU el pago de compensaciones por los daños que le causaron las restricciones.
Moscú demanda también a Washington presentar un plan creíble sobre la destrucción irreversible de su plutonio militar.