"Continuaremos contactos con la Comisión Europea y nuestros socios, ministros de otros países, para obtener la confirmación de la viabilidad, la importancia y la necesidad de realizar estos proyectos ya en el territorio del sudeste de Europa", dijo a la televisión Rossiya 24.
Rusia y Turquía firmaron el 10 de octubre un convenio intergubernamental que prevé la construcción del gasoducto Turk Stream para el suministro del combustible al mercado turco y, a través de Turquía, a otros países del sudeste de Europa.
El tramo submarino, de 900 km de largo, incluirá dos líneas paralelas, con capacidad anual de 15.750 millones de metros cúbicos cada cual, que se tenderán de la costa rusa del mar Negro cerca de Anapa al poblado turco de Kiyikoy.
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Luego se construirá un tramo terrestre que conectará el gasoducto submarino con la red turca de distribución del gas cerca de Lüleburgaz y se extenderá a Ipsala, en la frontera con Grecia.
El convenio establece que el tramo submarino debe completarse antes de diciembre de 2019.