"La idea detrás de la 'maskirovka' es mantener al enemigo en la duda, sin admitir jamás tus verdaderas intenciones, siempre negando tus actividades y utilizando todos los medios, tanto políticos como militares, para mantener un margen de sorpresa para tus soldados", explica el diario.
En el marco de esta táctica, el Ejército ruso ha adquirido inflables que imitan tanques, aviones y toda clase de sistemas militares, que pueden confundir al enemigo que realiza vigilancia satelital, explica el diario.





"En un campo fuera de Moscú, trabajadores armados con poco más que tela verde y compresores de aire están creando un arma imponente. Un jet de combate MIG-31, elegante y de color gris pizarra, aparece de pronto, con sus potentes alas que se extienden y revelan la insignia distintiva de una estrella roja. Es un señuelo, realista en apariencia, a una distancia de 274 metros", destaca el diario.
Según explicó Alexéi Komarov, supervisor de ventas de Rusbal, al diario norteamericano, en "las principales batallas de la historia, ves que los trucos siempre se imponen".

Aunque los militares rusos están impresionados por la sencillez y efectividad del uso de inflables en situaciones de combate, "al principio hubo mucho escepticismo", reveló María Opárina, directora de la compañía, al New York Times.
Después de haber dejado impactados a los militares rusos, Rusbal, una compañía especializada en globos aerostáticos, está ahora creando todo un arsenal de tanques, vehículos de combate, cazabombarderos y lanzamisiles para el Ejército ruso.
"Nadie se levanta para que le disparen. O eres tú o soy yo, y quien tenga el mejor truco gana", dijo para concluir Opárina.