La ciudad se situaba en el norte de Israel moderno y fue uno de los centros de la civilización local. Los arqueólogos estiman que los primeros asentamientos en las laderas de la colina Megido aparecerían hace unos seis mil años, y hace unos cinco mil años se convertirían en un centro importante de la influencia egipcia en el Oriente Medio.
Mathilde Forget y Ruth Shahack-Gross, del Instituto de Ciencia de Weizmann en Rehovot (Israel) encontraron que Tel Megido ya había pasado por una especie de 'apocalipsis' hace unos 3.000 años, estudiando fragmentos de ladrillos de arcilla de las que se construían casi todas las casas en la ciudad.
Como explican los científicos, en el Medio Oriente en aquel momento los ladrillos se hacían mediante una mezcla de paja y arcilla que luego se secaba al sol. La producción de ladrillos de barro cocido comenzó mucho más tarde.
Esto llevó a los arqueólogos a creer que los ladrillos podrían haber estado en un incendio, hipótesis que resultó ser absolutamente correcta. Lograron comprobar que el fuego gigante duró sólo 2-3 horas y destruyó toda la ciudad en el primer milenio antes de Cristo.