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Los pasajeros, tan pronto como el animal parió el primer cachorro, avisaron a los trabajadores del metro de la capital rusa. Los empleados separaron el vagón del resto del tren para darle a la madre la oportunidad de tener al resto de los cachorros en un ambiente tranquilo.
Hasta que los veterinarios llegaron al lugar, fueron los propios trabajadores del suburbano quienes cuidaron al animal para que todo saliera bien. La perrita dio a luz a nueve hermosos cachorros que fueron llevados, junto con su madre, a un refugio local de animales.
Sin embargo, las sorpresas aún no habían terminado: dentro del vehículo, camino a la perrera, nació el décimo y último cachorro.
Ahora, el metro de Moscú ha empezado una campaña para encontrarles hogar a todos los miembros de esa familia animal, que podrán irse a vivir con sus nuevos dueños dentro de un par de meses.