El vino siempre fue blanco, tinto o rosado, pero ya no es tan así, pues estos chicos —con la ayuda de la Universidad del País Vasco— necesitaron año y medio para hacer realidad su sueño de producir vino azul, del que han vendido unas 100.000 botellas.
"El nuestro es un vino que rompe las tradiciones y las reglas y que además no sabe a vino, así que se puede considerar un antivino", aseguran sus creadores.
Algo en lo que coinciden con muchos sommeliers, que directamente no aceptan que lo que producen estos cinco jóvenes vascos merezca el calificativo de vino.
Pero eso era lo que pretendía ese pequeño equipo de amigos —compuesto por diseñadores y artistas—, romper barreras, sacudir el mercado y lanzar un producto novedoso.
Otra de las particularidades de la nueva bebida es que se elabora con edulcorantes no calóricos. "El azúcar fermenta y se convierte en alcohol dentro de la botella, los edulcorantes no. Y el exceso de azúcares genera sobrepeso, mientras que los edulcorantes son una alternativa más saludable y light", agregan.
El nuevo vino, cuyo nombre se compone de sólo tres letras, para que fuera fácil de pronunciar en cualquier idioma. Tiene una buena clientela entre personas de 24 a 35 años. Según BBC, en España una botella cuesta alrededor de ocho euros y también se comercializa en Holanda, Reino Unido, Francia, Alemania.
"Queremos dar el salto a América Latina, a Estados Unidos y Canadá. Tenemos muchísimo interés en llegar allá. Nos costará más que Europa, pero llegaremos", es la promesa de los creadores de Gik.