Aunque la diputada ha abandonado la península de Crimea y se ha trasladado a Moscú para ejercer su nuevo cargo, no se ha olvidado de la situación en el país que limita con la península rusa. La diputada criticó a los líderes actuales del país ucraniano, quienes no tienen el menor interés en el futuro de Ucrania y a quienes, en su opinión, "no les importa el destino de las personas o de los niños".
"Esto debe entenderlo el pueblo de Ucrania. Ese país se encuentra alejado de la comunidad internacional. Los ucranianos deben entender que nadie ajeno al país los va a ayudar", señaló Poklónskaya.
"Estos padres deberían reflexionar acerca de qué herencia le están dejando a sus hijos e hijas. Deberían confesar a sus hijos que se han acobardado y solo quieren vivir tranquilamente. Deberían honestamente decir que el siguiente paso en ese camino es odiar a Rusia, odiar el idioma ruso, reescribir nuestra historia común para el bien de unos elegidos, traicionar la memoria de los antepasados", afirmó, contundente, Poklónskaya, cuyos principios son muy claros:
"Defender la conciencia y defender la verdad significa defender a la patria".
A pesar de lo difícil que es imaginarse cuál será la situación en Ucrania en cinco o diez años, la diputada espera que todo cambie y que Ucrania empiece a florecer.
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"Es nuestro pueblo hermano y siempre será nuestro hermano. Todos nosotros —rusos, ucranianos, bielorrusos— hemos sido bautizados bajo una misma iglesia y somos inseparables por siglos. Así será siempre", concluyó Natalia Poklónskaya.