Según Preble, Oriente Próximo no atesora una gran relevancia porque no hay países en el área que amenacen la existencia de EEUU. Además, muchos creen que Norteamérica no puede, efectivamente, reestructurar el área.
"Invadir y ocupar países y esperar a transformarlos es una idea muy tonta: no funciona", aseguró Andrew Bacevich, de la Universidad de Boston.
De hecho, la estrategia de derrocamiento de los regímenes tiene un montón de consecuencias. Y, en muchos casos, los países que trataron de beneficiarse de la invasión estadounidense acabaron peor de lo que estaban.
Posen considera que es poco probable que una aproximación diferente altere la situación. Washington ha probado un enfoque más caro —de gran escala y ocupación duradera— con consecuencias catastróficas. Ha utilizado un enfoque barato —derrocar a Gadafi e irse— y también con consecuencias funestas. Y ha tratado de financiar a varios grupos rebeldes en guerras subsidiarias —como ahora en Siria— con consecuencias nefastas.
Como resultado de la gestión de la política exterior estadounidense, las Fuerzas Armadas del país pueden entrometerse en los problemas de otros territorios sin preocuparse por un posible contragolpe, que relajaría el escepticismo del pueblo estadounidense.
El fragmento de la mesa redonda está disponible en inglés: