El líder estadounidense afirmó que, en la recta final de su mandato, ha empezado a usar palabrotas más a menudo, según confesó en la entrevista con la periodista Doris Kearns Goodwin.
"Y entiendo que el uso de un lenguaje obsceno como mandatario se produce más que en la vida anterior […]. Afortunadamente, tanto mi jefe de Gabinete [Denis McDonough] como mi asesora de Seguridad Nacional [Susan Rice] son 'bocas sucias' mayores que la mía", aseguró el presidente.
La segunda excepción es que Obama se permite ser sarcástico y brusco en sus evaluaciones, en mayor medida que en su vida pública.
Además, el líder norteamericano suele escribir en papel respuestas a sus críticos. Luego tira los pedazos a la basura.
Suponemos que esos textos no contienen lindezas precisamente.