"Trabajaba como 'flair bartender' [una modalidad acrobática de la coctelería]. En realidad era una excusa para escaparle al trabajo tradicional de barman. Quería divertirme y a mis compañeros de trabajo. Por suerte en el bar me dejaron desarrollar esa faceta a pesar de que rompía cosas", relató a Sputnik.
Corral es productor ejecutivo de la compañía circense Tranzat, una de las 15 que se presentan en el Festival Internacional de Circo (FIC), donde participan más de 60 artistas de Argentina, Brasil, Chile, España, Francia y Uruguay, del 16 al 25 de septiembre en Montevideo.
"En este país el circo es un arte escénico en fase incipiente. Desde los primeros espectáculos de calle o de semáforo, pasando por El Picadero, fundado en 2005 [por mucho tiempo fue el único lugar donde se enseñó circo en Uruguay], se incrementaron los espacios. Hoy en Montevideo hay tres o cuatro espacios más donde formarse. Tenemos un festival con carpa, teatro y espectáculos al aire libre", dijo a Sputnik Luis Musetti, 35, uno de los artistas que organiza el festival.
"En el mismo camping que yo había una tropa de malabaristas viajando por América Latina. Un día me puse a jugar con ellos. Por primera vez me topé con elementos y técnicas de malabarista. Eso sembró una semillita en mí y comencé a buscar la forma de seguir", dijo Iván, quien al regresar a casa fabricó sus propios malabares y siguió jugando. "Ese juego comenzó a ocupar cada vez más tiempo de mi vida y me metió en mundos nuevos. Aprendí a andar en zancos, estudié teatro y acrobacia", recordó.
Pero la escena local era solo parte del problema. Iván había sido un buen estudiante. Seguir una carrera tradicional, esas que les gustan a los padres, hubiera sido fácil. "De pronto largué todo y me dediqué a lo que mi voz interna me decía que persiguiera. La aprobación de ese público fue complicada", admitió.
"Al no haber una cultura circense local durante tanto tiempo, muchos de nosotros aprendimos todo lo que sabemos viajando. Ese es el espíritu que recrea el festival. Queremos que vengan artistas de otros lados y generar ese intercambio que antes teníamos que ir a buscar afuera", explicó Musetti.
En el circo los lazos se crean por fuera del linaje sanguíneo. "Los artistas circenses elegimos a nuestra familia, no la heredamos. Se generan vínculos difíciles de explicar. El circo es compartir", concluyó Iván, cuya compañía debutará el 23 de septiembre en el FIC con Yenn, un espectáculo que promete hacer que "la monotonía de lo cotidiano quede eclipsada por la lucha de unos ilusos soñadores para hacer realidad su fantástica utopía". Como el resto de las presentaciones, la bonificación es a voluntad. Porque eso es el circo, compartir.