No en vano, el presidente de la República Islámica de Irán ha llamado a Cuba un "país amigo y revolucionario". Ambos países, a causa de las revoluciones lideradas por Fidel Castro en Cuba, a finales de los años 60, y por el ayatola Ruhollah Jomeini, en Irán, a finales de los años 70, se granjearon el odio de EEUU, país que mantiene un régimen de sanciones contra los dos territorios.
"Eso es lo que tienen en común los destinos de Irán y Cuba, dos países que durante décadas se han encontrado en una confrontación política, comercial, financiera, ideológica e, incluso, militar con EEUU", añadió Sazhin.
Además, los dos países intentan superar la enemistad histórica con Norteamérica y salir del aislamiento al que se vieron abocados, lo que fomenta las relaciones bilaterales, teniendo en cuenta la experiencia histórica de los dos países, añadió el politólogo, quien además recordó las palabras del ministro de Comercio Exterior e Inversiones de Cuba, Rodrigo Malmierca Díaz:
"Irán y Cuba comparten la misma experiencia de vida y trabajo bajo las sanciones [de EEUU]. Estos dos países deben usar su experiencia como una guía para explorar nuevos caminos en la cooperación económica futura".
Tanto Cuba como Irán han visto reducidas las sanciones en su contra, aunque no totalmente, razón por la cual el progreso económico es vital para ambas naciones. "Además, Irán tiene potencial para ayudar a Cuba a entrar al mercado asiático", señaló Sazhin.
Vladímir Sazhin recordó que la revista norteamericana Foreign Affairs calificó la visita iraní a tierras latinoamericanas como un gesto geopolítico, realizado para mostrar la fortaleza que está ganando Irán.
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Para concluir, el experto asegura que la unión política y económica entre Teherán y la Habana les permitirá a los dos países actuar conjuntamente para salir del aislamiento y conseguir una anulación total de las sanciones y los embargos en su contra.