Nuevos elementos magnéticos son triángulos con los lados de 100 a 500 nanometros fabricados de la aleación de ferro-níquel. Una de las principales características de los nuevos elementos es que sus propiedades magnéticas pueden ser controladas cambiando la forma de la estructura triungular —la concavidad de los lados y el alargamiento de los vértices—. Semejante nanoestructura magnética puede funcional como una celda lógica porque el estado de magnetización en uno de sus vértices está acondicionado por el de los dos restantes.
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La conexión de las estructuras nanomagnéticas en un sistema (cadenas bidimensionales) ofrece la posibilidad de crear un dispositivo de lógica mayoritaria y memoria que reconoce la información mediante el uso de las uniones túnel magnéticas en los vértices de la nanoestructura.
Según una de las autores del invento, la ingeniera del Laboratorio de Investigación de Epitaxia por Haces Moleculares y Nanolitografía del Instituto de Electrónica Nuclear Funcional de MEPhI, Olga Kolentsova, "las celdas de lógica o memoria a base de la estructura nanomagnética puede usarse con éxito en el sector aeroespacial y militar ya que no sólo se carateriza por una alta resistencia a la radiación sino que es capaz de realizar el cálculo simultáneo de función de argumentos múltipes". Estos elementos pueden también ser usados en la electrónica de consumo (en los teléfonos móviles, ordenadores), donde permitirá minimizar el consumo de energía.