El presidente del Consejo citó a la primera ministra británica, Theresa May, con quien se había reunido en Londres en septiembre.
Durante el encuentro, May le comentó que resulta prácticamente imposible poner en marcha el artículo 50 en lo que queda de este año, pero "con gran dosis de probabilidad" podría hacerse "en enero o febrero de 2017".
En el referéndum del 23 de junio, el 52 por ciento de los británicos votaron por abandonar la Unión Europea, frente al 48 por ciento que avalaron la permanencia.
Para negociar las condiciones del divorcio, el Reino Unido debe notificar primero a la UE la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa referente al procedimiento de salida.
Hasta que termine el proceso negociador, Reino Unido sigue siendo miembro de la Unión Europea, con todos los derechos y obligaciones que derivan de ello.
Una vez consumado el divorcio, según Tusk, el Reino Unido tendrá que "respetar las cuatro libertades de la UE" para mantener el acceso al mercado único: la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales.